Entre Perro y Lobo

Nacido con la inspira en un poema de Olga Orozco que lleva su homónimo. Y todo el producto habla de las dicotomías que nos habitan el ser y la coexistencia “de una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la furia a solas, y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas.”
Por eso la etiqueta lleva el epígrafe “no consigo saber quién es el amo aquí. Cambio bajo mi piel de perro a lobo […] pero ¿quién vence en mí?. Desde la etiqueta hasta el sabor del producto vienen a representar ese concepto.
La etiqueta representa el libro que se rompe con la irrupción del lobo y, por delante, la mano de la poeta viene a aportar los botánicos, como quién escribe sus versos con aromas y sabores sobre el alcohol.
Por eso se dice que Entre Perro y Lobo es pura expresión de vida… del conflicto en el que vivimos entre la mansedumbre y la bravura.

También Entre Perro y Lobo es la expresión del terruño, aromas y sabores que imprimen la encantadora esencia de la indómita región de la Caldenia, lo agreste de los médanos de Toay, del desierto pampeano y de la Patagonia, mixturados cuidadosamente con botánicos de Europa y Asia.

Entre Perro y Lobo es igualmente expresión personal. El autor de este gin transmite a la bebida sus años de estudio de la Historia, el entusiasmo por la cocina de buen gusto, con corazón y alma, llena de sensaciones y momentos felices, de encuentros y desencuentros, en definitiva de vida.

Es también una búsqueda irreverente, en el mejor de los sentidos, que con la energía y experiencia pasada viene a edificar un nuevo presente y futuro, desvergonzado, arriesgado, inquietante pero feliz. Que promete mansedumbre y bravura.
En nariz el producto es bien cítrico y un tanto herbal que al abrirse destaca con notas a pimienta y manteca.
En boca tiene una entrada muy suave y delicada con un toque  potente de picante a la vez muy sofisticado, redondo en boca con un final sutilmente dulce y mantecoso que representa el reconocimiento de la síntesis de vivir Entre Perro y Lobo.